lunes, 26 de enero de 2015

NADIE ME ESPERA


Nadie me espera.

Sin contar las hora porque 
para mí ya no existen,
con los bolsillos vacíos porque 
no me interesa llevarlos llenos,
camino sin rumbo y sin metas. 
Contándole mis penas a 
callejones vacíos, a 
solitarias avenidas,
ahogando mis penas en 
el trago, descubriendo mi 
pecho traspasado de dolor 
a la luna, rogándole 
a las estrellas que bajen 
hasta esta indolente tierra,
porque necesito abrigo.

¡Que no hay nadie en casa, le digo!
¡Nadie espera a este pobre mendigo!
¡No hay fogata encendida!
¡El pan desapareció de mi mesa!
solo quedan cuatro paredes, 
una habitación vacía
y una cama con aroma a 
pasado, que me recuerda lo que 
sucedió allí durante años.

Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R
Derechos de autor.
Chile.
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