MADRE SELVA.
Belleza y alegría tuve en mis años mozos
y a esa edad un clavel se ató a mis tobillos,
yo, una virgen Madre Selva sucumbí ante sus encantos,
me enredé a su piel queriéndolo tanto.
Necesitaba cariño como lo necesita un crío.
jamás pensé que entregarme a él le haría daño,
con la inocencia y el amor de aquellos años
me interné en su pecho queriéndolo muy mío
y de amor lo envenene, y murió en mis brazos.
Soy Madre Selva ahora y en mis días de antaño
fustigo mi corazón cuando lo siento enamorado,
prefiero vivir en soledad y tristeza
antes de entregarme a otro amor
y que muera por mi mano.
Mónica.
Ruyh Mónica Muñoz R.
Derechos de autor.
Chile.
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