Mi silencio se llenó de
tu recuerdo, y la luna que
lejana se encontraba,
me miró sonriente al
ver lo que me pasaba.
Sentí que todos el mundo
se burlaba, que la empatía
no existía, que estaba sola,
amordazando mi boca
para no gritar mi agonía.
Mi mente, mas allá de mi
voluntad, voló, quiso encontrarse
contigo, pero nunca lo logró.
Te habías marchado lejos
sin dejar en el camino
miguitas de cariño, para
que te pudiera encontrar.
Perdí mi norte, pues no estabas
conmigo, perdí mi brújula
y me extravié del camino,
en estado catatónico quedé,
tú eras mi fuerza y mi sensatez.
Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R.
Derechos de autor
Chile.
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