Oración de gratitud.
Gracias te doy Señor, por este nuevo día, por los momentos vividos
y por los que viviré. Gracias porque tú has estado conmigo, porque
has sido mi refugio y mi fortaleza, la roca firme de donde emana mi
paz interior, esa roca de Horeb donde fluye esa agua bendita que sacia
mi sed.
Te agradezco oh Dios, porque me has hecho comprender que no hay
mejor amigo que tú, el que me a mantenido en pie cuando muchos
han tratado de derribarme, cuando los amigos han fallado, mis hermanos,
mi padre y también mi madre, porque un día dijiste que yo era tu hijo
y que jamás ibas a dejarme. Reconozco que muchas veces te he fallado
y que como humano que soy me he olvidado de ti cuando me he sentido
feliz y las cosas han redundado para bien, que solo me acuerdo de ti
cuando me siento triste y desamparado, pero tú ahí fiel conmigo siempre
no has mirado mis faltas y por el inmenso amor que me tienes mis
me has perdonado.
Hoy cuando gran parte del mundo te recuerda por designios de seres
humanos, que se te debe recordar una vez al año, yo digo y por mi fe
en ti y por ser verdaderamente cristiano, que tú no eres para recordarte
unos cuantos días del año, TÚ te mereces ser recordado, bendecido
y adorado, las veinticuatro horas del día, los trecientos sesenta y cinco
días del año.
Gracias porque un día diste la vida por mí, porque no te importó dejar
tu trono haya en el cielo y bajar a esta tierra para ser humillado, porque
por amor a mi vida y a la de todo ser humano, sufriste dolores y escarnio
te dieron vinagre con hiel cuando por sed estabas clamando, fue herido
tu costado, y una corona de espinas en las cienes te pusieron como burla
aquellos malvados. No puedo decirte que si yo hubiese estado allí no
habría hecho lo mismo, porque soy tan humano que por miedo o por
pertenecer a la mayoría también te hubiese masacrado. Pero no estuve
allí, en cambio sé que ese amor tan grande que demostraste, a traspasado
los tiempos y las culturas y nadie hoy en día ignora el sacrificio tan perfecto
que solo tú pudiste haber realizado.
Gracias Maestro de Nazaret, Dios del cielo, Unigénito del Padre,
Rey de Reyes, León de Judá, Verbo de Dios, Padre nuestro,
Espíritu Santo, Amigo incondicional como ningún otro lo a sido.
Gracias te doy Jesús, porque nunca me has fallado.
Gracias te doy Señor, por este nuevo día, por los momentos vividos
y por los que viviré. Gracias porque tú has estado conmigo, porque
has sido mi refugio y mi fortaleza, la roca firme de donde emana mi
paz interior, esa roca de Horeb donde fluye esa agua bendita que sacia
mi sed.
Te agradezco oh Dios, porque me has hecho comprender que no hay
mejor amigo que tú, el que me a mantenido en pie cuando muchos
han tratado de derribarme, cuando los amigos han fallado, mis hermanos,
mi padre y también mi madre, porque un día dijiste que yo era tu hijo
y que jamás ibas a dejarme. Reconozco que muchas veces te he fallado
y que como humano que soy me he olvidado de ti cuando me he sentido
feliz y las cosas han redundado para bien, que solo me acuerdo de ti
cuando me siento triste y desamparado, pero tú ahí fiel conmigo siempre
no has mirado mis faltas y por el inmenso amor que me tienes mis
me has perdonado.
Hoy cuando gran parte del mundo te recuerda por designios de seres
humanos, que se te debe recordar una vez al año, yo digo y por mi fe
en ti y por ser verdaderamente cristiano, que tú no eres para recordarte
unos cuantos días del año, TÚ te mereces ser recordado, bendecido
y adorado, las veinticuatro horas del día, los trecientos sesenta y cinco
días del año.
Gracias porque un día diste la vida por mí, porque no te importó dejar
tu trono haya en el cielo y bajar a esta tierra para ser humillado, porque
por amor a mi vida y a la de todo ser humano, sufriste dolores y escarnio
te dieron vinagre con hiel cuando por sed estabas clamando, fue herido
tu costado, y una corona de espinas en las cienes te pusieron como burla
aquellos malvados. No puedo decirte que si yo hubiese estado allí no
habría hecho lo mismo, porque soy tan humano que por miedo o por
pertenecer a la mayoría también te hubiese masacrado. Pero no estuve
allí, en cambio sé que ese amor tan grande que demostraste, a traspasado
los tiempos y las culturas y nadie hoy en día ignora el sacrificio tan perfecto
que solo tú pudiste haber realizado.
Gracias Maestro de Nazaret, Dios del cielo, Unigénito del Padre,
Rey de Reyes, León de Judá, Verbo de Dios, Padre nuestro,
Espíritu Santo, Amigo incondicional como ningún otro lo a sido.
Gracias te doy Jesús, porque nunca me has fallado.
<<MÓNICA>>
Ruth Mónica Muñoz R