¡Ven!

Pinta sobre mis labios ese beso idealizado con que toda mujer sueña
Traza sobre mi cuerpo las caricias que mi mente imagina
Escribe versos, poesía de amor sobre mi piel
Teje arrullos, que muero de deseo y de frío.
¡Ven que te espero amor mío!
Mi cama la he preparado con pétalos y suspiros,
con húmedas sensaciones que me provoca el pensarte.
<3
Ruth Muñoz Rodriguez
Derechos de autor/Chile.

EN BUSCA DEL VERDADERO AMOR

En busca del verdadero amor.
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Busco un alma enamorada
necesitada de amor,
que desee ser amada,
un nómada corazón
que se quiera establecer conmigo.
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Alma soñadora como lo soy yo
alma viajera que en los prados del olvido
descanse su corazón herido
y tomado de mi mano
emprenda un nuevo camino.
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Lucero fulgente,
divino resplandor
que mi opaco sendero
ilumine con su luz.
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Busco un alma cansada vagar,
dispuesta a buscar reposo
en los brazos de esta paloma
que solo desea volar.
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Surcar nuevos cielos
conocer juntos la felicidad,
hacer del amor una realidad
no un sueño difícil de alcanzar.
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Ruth Muñoz Rodriguez
Derechos de autor/Chile.

A PUERTAS DE LO DESCONOCIDO

A puertas de lo desconocido.

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Como se nubla el día cuando el sol se aleja

Como llora el cielo en el invierno

Como se enfrían los campos por el hielo,

Como se alejan los pájaros de opacos senderos.

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Tengo miedo de lo oscuro

del llanto, del frío, de la soledad...

Esta angustia acorta mis horas

no hay plegaria ni rezo que me pueda calmar,

se levantó de pronto el mar

y se desbordó por mis ojos.

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¿Habrá cantos para mi funeral?

¿desojarán margaritas mis hijos

deseando que no les deje de amar?

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Tengo miedo de lo oscuro

del llanto, del frío, de la soledad...

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No es lo mismo estar sola

a estar rodeada almas que no puedan hablar...

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Cómo se viene la pena al alma mía

Cómo el canto se apaga, y de a poco se aleja la vida

Cómo deambulan los recuerdos, las remembranzas,

Cosas que pude haber hecho y que no hice.

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Tengo miedo, no por mí

si no, por los que quedan....

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Ruth Muñoz Rodriguez

Derechos de autor/Chile.

ALMAS GEMELAS

ALMAS GEMELAS.

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Soy la furia del volcán donde ardiste,

soy el agua que bebiste y te sació,

soy lo inquieto de tu alcoba por las noches,

soy tu sueño, tu perfume embriagador.

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Soy la miel que tus labios ha endulzado,

la amalgama que has buscado con pasión,

el erotismo dibujado en tu mirada,

la danza que tus caderas sosegó.

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Soy el Fénix que te abraza con sus alas,

quien te guía en una armónica cesión,

el volcán que hace erupción dentro de tu vientre,

soy tu dueña, la artífice de tu esplendor.

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Eres paz, eres consuelo a mi alma afligida,

medicina que mi heridas suturó,

el sol nace bajo el alero de tus caricias,

un nuevo mundo en el que deseo vivir yo.

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Eres el punto culmine de mis búsqueda

la flor de siete colores que por gracia encontré yo,

la perfecta conjunción que tanto esperaba,

¡Soy tan feliz, porque en ti, encontré el amor!

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Somos dos almas gemelas 

que se han juntado en el mar, abrazado de la pasión,

lo que al principio imaginamos solo un juego,

al fusionarnos, convirtió en amor.

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Ruth Muñoz Rodriguez

Derechos de autor/Chile.

Por culpa de un desengaño

Por culpa de un desengaño.

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Teme el riachuelo al alborotado cauce 

de sus aguas amontonadas sus acalorados besos,

teme a las nubes oscuras el tiempo de cosecha

de su llanto feroz y sus consecuencias. 

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La niña besa al hombre de sus sueños

más él le entrega besos al viento,

mañana será época de lamentos,

la niña sufre una estocada en su pecho.

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Romántico corazón hecho pedazos,

diecisiete años primavera floreada, 

cuarenta otoños se apoderaron de sus prados,

sembrando sin piedad, abrojos y desengaños.

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Teme la niña abrir su ventana,

el invierno espera tras las cortinas,

prefiere invernar eternos mil años,

a volver a confiar, y sufrir un desengaño.

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Ruth Muñoz Rodriguez

Derechos de autor/Chile.

He de buscarte.

He de buscarte 

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He de buscarte 

en mis afanosas noches de alucinación 

cuando voy en busca del amor,

y a oscuras recorro mi cuerpo. 

Cuando mis manos vestidas de terciopelo

se dejan caer sigilosas 

sobre la fecundidad de mi piel,

cuando despiertan el fuego 

y la hacen enloquecer.

He de buscarte 

en la tranquilidad del universo,

cuando se mece el deseo,

y las ansias se vierten como cascadas.

Cuando mi voz ahogada te llama

esperando encontrar tu respuesta. 

Cuando mi carne hambrienta 

busca tu lado de la cama 

para embriagarse de tu perfume 

que quedó impregnado en ella.

He de buscarte, 

con mis cinco sentidos 

dispuestos a encontrarte,

para que me llenes de ti, 

para que te viertas en mí, 

y me dejes bañada de tu ambrosía.

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Ruth Muñoz Rodriguez

Derechos de autor/Chile.

Dos, que a él le gustaban

Dos que a él le gustaban. 

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Como dos campanas mecidas por el aire 

sobre su regazo se movían 

las redondeadas montañas 

esas dos, que son mías.

Rosadas, pálidas a veces, respingadas, 

duras, erectas, dando pinceladas

sobre el húmedo pecho varonil que las sujetaba

esas dos, que son mías,

dos que le entregaba, 

como a un niño hambriento 

que las necesitaba.

Y se movían, y flameaban 

aplaudiendo el concierto 

de gemidos y respiración entrecortada 

que dos cuerpos creaban,

esas dos que son mías,

dos que a él le encantaban,

y que tenían el poder de subyugarlo 

cuando las acariciaba.

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Ruth Muñoz Rodriguez

Derechos de autor/Chile.

Nuestra primera vez.

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Todavía recuerdo 

esa noche rojiza,

nuestros cuerpos desnudos, 

nuestras pieles cobrizas. 

Dos carbones danzando 

al fragor de una hoguera, 

las palabras que dije

y las que te dijera.

El sabor de sus labios 

al posarse en mi boca,

miel de palma, 

miel de abejas,

dulce, rosados, 

como las cerezas. 

De esa noche de amor

memoricé el pretexto,

para volver a estar él

en un mismo lecho.

Ternura de adolescentes

camino hacia la madurez,

poros exudando fantasías

de la cabeza hasta los pies.

Danza febril, 

cuerpos amándose, 

inmaculado encanto

como el de las aves.

Dos figuras inquietas

sonrisas que platican,

se conjuga un amor cristalino, 

en una entrega perfecta.

Todavía recuerdo

esa noche rojiza, 

donde le permití a la mujer 

ser su amante, 

y esa vez, sin prisa.

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Ruth Muñoz Rodriguez

Derechos de autor/Chile.

¡A usted...yo lo amo!

¡A usted...yo lo amo!-
Yo le amo que no le quepa duda,
cual vigía me planto cada atardecer
para verlo pasar, sin que lo sepa usted.
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Imposible es no estar precisa en la cita
a la que he llamado pecado,
por ser usted hombre casado,
y sentirme en parte indecente.
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Por quererle ausente, ajeno,
prenda amada, de otra dama
a la que le guardo celos
por ser ella mujer privilegiada,
porque puede sentirse amada
y disfrutar de sus infinitos besos.
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Yo, le he amado desde hace tiempo,
de eso usted no se ha dado cuenta,
porque guardo mi amor en silencio,
¡Y, ni en confesión, a los santos cuento!
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De este sentir son testigo mis versos,
los que escribo para usted.
Es que es tanto lo que en mí provoca
que ¡no quiero volverme loca!...
atragantada por este querer.
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Ruth Muñoz RodriguezDerechos de autor/Chile.