martes, 13 de enero de 2015

MIS SOLES.




Mis Soles.


Tengo soles en mi piel morena
que se quedaron como testigos
de días largo e interminables
labrando en la tierra mía.
Noches que se hicieron día
dando de amamantar a un hijo
curandolo, cuando ardía,
siendo la mujer y amante
de un hombre que por mí sentía
esos deseos de hombría
que junto a mí, complacía.
Tengo soles, que me han quemado tanto
y lunas que han sido muy frías,
días noches y noches días
armando trueques, para no verme dormida.
Soy de esas mujeres
que no acaparan aplausos,
pero a mí muchos acudían
cuando necesitaban de un guía.
No estudie para ser un clérigo
pero muchas confesiones oí 
de amores y desamores
de farsas y cobardías.
Jugué como toda niña
saltaba la cuerda con mis amigas,
mellé mis rodillas, recibí pedradas,
pero nada de eso dolió tanto,
como los golpes que da la vida.
No por apuro me casé 
porque nadie me perseguía,
pero eran tiempos de ayer,
donde al que no tenía dos apellidos,
guacho se le decía.
Cometí muchos errores
entre mi adolescencia y juventud
pero, entregué mi cuerpo por amor
al que es mi hombre hasta hoy día.
Dos mozuelos, que casi nada sabían 
de la crianza de un bebe,
se las tuvieron que amanecer
cantando canciones de cuna
que no hacía mucho escuchaban
cuando se las cantaba a ellos su madre.
Tengo soles, en todo mi cuerpo
como también los tengo en el alma,
soles que amanecerán conmigo,
mas allá de la alborada.
Tengo el sol, que se dibuja en el cielo
y seis soles, que me regaló Dios,
cinco se criaron en mi vientre,
el otro, me lo gané yo.


Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R.
Derechos de autor.
Chile 2011.

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