domingo, 15 de marzo de 2015

ENARDECIMIENTO.

Amanecí con ganas de 
sentirte dentro mío, con 
la piel enardecida. 

¡Amanecí con ganas de amarte!...

La lujuria me invade,
se me encrespan los pelos,
se me seca la garganta,
y un escalofrío 
recorre todo mi cuerpo.

¡No sabes como te deseo!

Quisiera tenerte hurgando 
en mi cuerpo, llenándome 
de tu amor, entregándome 
tu hombría, el magma
de tu interior, quisiera...

Quisiera sentirme explorada,
conquistada, domada,
que doblegas mi territorio 
indómito y lo haces tuyo,
como si fueses el primero
que a pisado estas tierras...

Pasan las horas, la mañana 
avanza, y yo  aquí, sigo 
intentando calmar este cuerpo 
que no se quiere quedar quieto,
hasta que tú no llegues
y lo calmes con tus besos.

¡Oh! ¡No sabes cuanto te deseo
y cuanto te necesito!
daría lo que fuera
porque estuvieras aquí 
compartiendo mi cama,
calmando mi fuego.

¡Te necesito aquí!

Mis manos no dan abasto,
intento pero no puedo
apagar estas llamas que 
se avivan con tu solo recuerdo.

Es que, recordar tu piel morena,
tus labios rojos, esos ojos
de león furioso tratando 
de atrapar su presa, lo 
exitoso que te ves, cuando 
me observas rendida,  atrapada, 
y dispuesta a ser tu mujer,

Es que tú me brindas el placer,
es que, solo tú llenas a esta mujer,
la complaces y la haces enloquecer.
Es que cada espacio de mi piel
tiene tu nombre, lo has escrito
con tus labios que me han sabido recorrer.

¡Estoy enardecida!
¡Ven, no me tortures mas!

Mónica
Ruth Mónica Muñoz R
Derechos de autor
Chile.





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