No dramaticemos, dejemos
que las cosas sigan como van,
y no nos culpemos mutuamente,
bien sabemos que esta relación
era cosa de dos, y fuimos
los dos los que fallamos.
¡No! No te estoy culpando
porque si lo hago sería
de mi parte un des criterio.
Llegó la hora de despedirnos
y para siempre, sin pensar
siquiera en volver a juntar
nuestros caminos, ya
bastante daño nos hicimos
soportando palabras hirientes
y mirarnos sin ser vistos.
Por ese sentimiento que
un día nos unió debemos
ser prudentes, y no dañar
más nuestros corazones
que bastante han sufrido.
Demos la vuelta y marchemos
cada uno por su sitio,
sin la esperanza de que
nuestros caminos en algún momento
se pueden volver a juntar,
eso no estaría bien, insisto.
Ya bastante nos conocemos
como para imaginar
un cambio radical,
ni siquiera con mutar.
Despidámonos y que
esta vez sea real, no
como las veces que no
nos vimos en la casa.
Busquemos un nuevo sol
y una nueva luna para soñar,
nos lo merecemos
por tantos años de soledad.
Y al partir, cerremos muy bien
la puerta de nuestros corazones
para no dejar entrar la duda
como tampoco el dolor,
menos al viento frío
que nos provoque la necesidad
de un nido conocido.
Mónica
Ruth Mónica Muñoz R
Derechos de autor
Chile.
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