miércoles, 21 de enero de 2015

SIN PREJUICIOS.


La semántica de nuestros besos
y la conjunción de nuestros cuerpos
nos llevó a amarnos sin limites,
sin pensar en Horarios ni tiempos.
Libres como lo es el viento
dejamos nuestras caricias volar,
y envueltos en la savia de nuestras 
palabras, ambos sucumbimos 
con un hálito a sin prejuicios.
Nada nos importaba si el mar 
era tan hondo como para 
tragarnos vivos, mientras 
surcábamos sus aguas.
El deseo de amarnos 
siempre fue mayor, a la cobardía 
que nos quiso inyectar la gente. 
Transmutados por lo que 
estábamos viviendo,
siendo dos aves volando
por un espacioso cielo,
sentimos, que disfrutar lo
que queríamos, no sería
un estorbo, ni algo que
los demás debían mirar con morbo.
Nuestros pechos transparentes
fueron los blancos de dardos
envenenados, pero triunfamos
sobre eso, y todo por amor.
Conjugando la pasión de 
forma perfecta, fuimos 
la envidia del mundo, y
disfrutábamos el serlo.
Amigos del firmamento,
bajo su divino cobijo,
nos amamos libremente,
sin temores, ni prejuicios.


Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R.
Derechos de autor.
Chile abr/2012/

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