Noche de Bodas.
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Vamos, sácate la blusa,
quítate el sweater y los zapatos,
vístete para mí
de lujuria y pasión,
de bravura y no cobardía,
se más osada hoy día.
Nadie nos está mirando,
solo estamos tú, yo,
Dios, y su beneplácito.
No dejes que nada opaque
este sublime momento,
Yo estoy como me vez
confiado y seguro,
como no lo he estado nunca,
y como sé que no hay pecado
en que te lo proponga,
es que me atrevo a hacerlo.
Y no es cosa de que no tenga nervios,
no, no, todo lo contrario,
más aún sabiendo
que será la primera vez que veré tu cuerpo.
Vamos, acércate
esta vez no hay nada que bloquee el paso,
tienes libre albedrío
para pacer en mis pastos,
para llevarte y que me lleves
a la cima de lo in-imaginado.
Vamos amor,
nuestra hora ya llegó,
¡nuestra!
¡nuestra!
no solo mía
ni tuya,
ambos podremos viajar unidos
sin ser juzgados por ningún concilio.
Los duendecillos que se pasean en tu cabeza
mándalos a otra parte:
Hoy, probaremos el sabor de la luna,
morderemos el plateado cielo
y nos robaremos parte de sus estrellas
para sembrarlas en nuestro sendero,
porque es la hora del amor, y no de juegos.
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Mónica
Ruth Mónica Muñoz R
Derechos de autor
Chile.
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