Estoy sentada al borde
de la soledad, casi a punto
de caer a un vacío inminente.
A mi alrededor todo
se va de a poco oscureciendo.
El sol ya no brilla
la luna, no me muestra su sonrisa.
Estoy enferma de dolor,
soy paciente de un médico
que me da barbitúricos
para mantenerme sedada
porque beso tu almohada
cada noche y cada mañana.
Se ha roto mi calma,
inquieta, como hoja movida
por el viento de un frío invierno,
como veleta sacudida por las olas de alta mar,
estoy inquieta, como leona
a la que le arrebataron sus cachorros.
Saco mis garras y me abro caminos
tratando de encontrar consuelo.
Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R
Derechos de autor
Chile.
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