Como paloma errabunda
surque mares y desiertos
en busca de buenas aguas y
tierras donde aplacar mi tormento.
En mi búsqueda solo encontré
cansancio, sed y muchos tormentos,
no existían buenos pastos
donde posar mi raquítico cuerpo.
Sobraron los lamentos,
hastiada quedé un techo
donde posar cada vez que llovía
ni protegerme pude del tiempo.
Con alas rotas y uñas gastadas
volví al vientre que me dio las alas,
un áspid envenenó mi sangre
mucho duré buscando sanarme.
Espero la muerte, pero estoy en casa
rodeada de álamos guachos
que también lloran de hambre.
Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R.
Derechos de autor.
Chile.
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