Sombras de Pecado.
Y se volvió pecado mi
pensamiento rasguñando
un minúsculo recuerdo
arrancándole a la vida
esquirlas del pasado.
Me sentí alegre y a
la misma vez triste, seguía
atada anudando a
mi cintura lo que nunca
realmente me perteneció.
Saboree el mismo candor
las mismas sensaciones de
aquellos momento, se me
revolvió el estómago,
se me cresparon los pelos,
sentí lo que no debía sentir
y no lo niego, me gustaba eso.
La luna, la noche, y una
habitación con aroma
a engaño, volvían a ver
mi rostro enrojecido
por el pecado, que mi cuerpo
jugueteaba, zigzagueaba, y
recibía el veneno
que los recuerdos le brindaban.
Con un calor que sofocaba,
y con la respiración entrecortada
giré la vista, estiré
la mano para asirme
a la realidad y recrear
lo que había imaginado.
Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R
Derechos de autor
Chile.
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