FUE UNA TARDE DE MAYO.
Y habíamos consumado
un pecado, para la gente
fue eso lo que habíamos creado:
Pero, para nosotros no fue
así, era tan solo amor
lo que habíamos realizado.
Dos adolescentes inmaduros
quizás, pero muy enamorados,
creábamos para nuestra dicha
algo magnifico que
jamás sería olvidado.
Sobre un césped húmedo
y frondoso, retozábamos
al unísono con nuestros
cuerpos sudados.
Fue una entrega total,
algo grande y trascendental,
que por mas que pasara el tiempo
nunca íbamos a olvidar.
Fue así, y el tiempo transcurrió
ambos tomamos caminos
separados, pero se quedó
en nuestras retinas, esa
tarde de mayo, cuando
siendo adolescentes, algo
maravillosos nos regalamos.
Mónica
Ruth Mónica Muñoz R
Derechos de autor.
Chile.
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