Una noche oscura, tan oscura como mis pensamientos,
vi como la muerte se paseaba, al rededor de mis lamentos.
Sonreía coqueta y seductora, me mostraba sus dientes de escarlata,
tan fría como el viento en la Antártida, tan helada como mis tiempos.
Con sus gana de leona hambrienta, intentaba ensartarme sus garras,
con sigilo y delicadeza, rosaba mi piel, casi reseca.
No la sentí tan fea como me habían contado, ni indiferente a mis sentimientos,
más indiferencia encontré en ti, más frío encontré tus besos.
Quiso hacerme el amor, entre lamento y lamento,
se ofreció a alivianar mi carga, y a sacarme de mis tormentos.
En una noche cualquiera, en mis días de tormento,
la muerte quiso quedarse, eternamente en mis lamentos.
Mónica
Ruth Mónica Muñoz R
Derechos de autor
Chile.
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