Sin temores ni prejuicios
//
La semántica de nuestros besos
y la conjunción de nuestros cuerpos
nos llevó a amarnos sin limites,
sin pensar en horarios ni tiempos.
Libres como lo es el viento
dejamos nuestras caricias volar,
y envueltos en la savia de nuestras
palabras, ambos sucumbimos
con un hálito a sin prejuicios.
*
Nada nos importaba si el mar
era azul, verde
rojo o negro,
qué más nos daba.
o, si era muy ancho u
era azul, verde
rojo o negro,
qué más nos daba.
o, si era muy ancho u
era tan hondo como para
tragarnos vivos.
Mientras
Mientras
surcábamos sus aguas,
a todo hacíamos caso omiso.
a todo hacíamos caso omiso.
El deseo de amarnos
siempre fue mayor, a la cobardía
que nos quiso inyectar la gente.
*
Transmutados por lo que
estábamos viviendo,
siendo dos aves volando
por un espacioso cielo,
sentimos, que disfrutar lo
que queríamos, no sería
un estorbo, ni algo que
los demás debían mirar con morbo.
Nuestros pechos transparentes
fueron blancos de dardos
envenenados, pero triunfamos
sobre eso, y todo por el amor.
que nos profesábamos.
*
Conjugando la pasión de
forma perfecta, fuimos
la envidia del mundo, y
disfrutábamos el serlo.
Amigos del firmamento,
bajo su divino cobijo,
nos amamos libremente,
sin temores, ni prejuicios.
Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R.
Derechos de autor.
Chile abr/2012/
No hay comentarios:
Publicar un comentario