EN NUESTRA INTIMIDAD

En nuestra intimidad

Caminas y un coqueteo 

se deja ver en tus caderas,

con tus manos llenas de fuego

me invitas a seguirte, 

y eso es lo que quiero.

Desinhibida y llena de lujuria

tu mirada me recorre y hace 

que se estremezca mi cuerpo,

mi piel se eriza traduciendo tu mirada

me preparo para que me abordes

y para que por tus labios

hasta mi alma sea besada.

Dejo que mis oídos gocen 

tus desenfrenadas palabras ,

y que mi espalda sienta

el huracanado recorrido de tus palmas,

que mis ojos disfruten la desnudes de tu cuerpo

y como aumenta el deseo de tu piel por el contacto.

Como una fiera enjaulada ansío seguirte el juego,

pero me aguanto,

quiero seguir disfrutando lo que me estás entregando,

a punto de estallar gimo en silencio 

todavía no no es mi hora de actuar, ¡me aguanto!..

Caen tus besos y esta vez no en mis labios,

buscan otro rumbo que los lleven a mi orgasmo,

divino calor es lo que voy sintiendo,

insisto, no siento frío, 

pero mi piel se eriza y ahora por más tiempo.

A las llamas de tu pasión me sometes y yo me entrego,

soy una fiera que a sido domada por lo que has hecho,

disfruto tanto ser elevada al cielo 

en brazos del libido que halló en tu juego.

Se elevan mis ganas, se acrecientan mis deseos,

le pongo alas a todos mis anhelos,

busco tu puerto para encallar el apetito que tengo,

busco una puerta para liberar mi fuego.

Ahora soy yo recorriendo tu pecho

navegando en tu espalda y en tus caderas,

divisando desde allí el paraíso soñado,

avanzando sigilosa como buena fiera 

cuando está a punto de atrapar su presa.

Ya teniendo el bocado entre mis manos

alimento mi carne quejumbrosa,

carne que a gritado a rabiar por el deseo

de que sea tu piel tan solo su sustento.

En un estado catatónico total,

tu cuerpo y el mío juegan a encontrar

la beta de un éxtasis fenomenal,

donde somos dos suspirando al final,

después haber llegado a la meta donde queríamos llegar,

después de haber gozado tanto como queríamos gozar.

Con las mejillas enrojecidas y miradas complacidas sonreímos,

después nos decimos "Te Amo" 

descansamos, y seguimos.

Mónica.

Ruth Mónica Muñoz R

Derechos de autor.

Chile.