martes, 14 de abril de 2015

EL TIEMPO

Inexorablemente pasa el tiempo,
dejando huellas en la piel
marcando su paso a fuego.
Jamás detiene su marcha,
avanza y avanza sin 
que nadie pueda detenerlo.
Un alto le pido y no me lo concede
ignora mi ruego y mi clamor sincero,
indolente es, no sufre mi muerte,
total, pasaré de él sin que me recuerde.

El tiempo no ama a nadie.
Maldito el que confía en él,
el que deposita su vida 
en manos de este depredador,
que se alimenta de las edades.

Mónica
Ruth Mónica Muñoz R
Derechos de autor.

Chile.

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