Carolina y Julián.
(Una pareja distinta a la que imaginaban)
Por las bestiales muestras de su amor, fue por lo que ella se cansó.
Él le decía que todo lo que hacía lo hacía por amor, porque no quería
compartirla con nadie, que su amor era tan grande, que su mundo
lo llenaba solo ella, y por cuidarla aveces se le escapaban unos golpes
pero no lo hacía con mala intención; Y así, volvía a caer nuevamente
Carolina, en las redes de las mentiras que Julián le decía.
Julián y Carolina se veían felices, recién cumplían ambos, 27 años
de edad, toda su adolescencia fueron novios, en el colegio como en
la universidad, nadie podría haber imaginado que un chico que
aparentemente adoraba a su novia y se desvivía por ella, se convertiría
en un futuro no muy lejano, en un hombre cruel y despiadado.
Fiesta de graduación: Carolina bailaba feliz con el que había sido uno
de los mejores compañeros de clase que ella tuvo, el chico que
siempre la ayudó cuando algo no le resultaba muy fácil de comprender
y como él tenía facilidad para captar ideas y facilidad en los trabajos que
les daban, siempre se ofrecía a ayudar a la chica; Julián, desde un rincón
miraba sin perder un movimiento lo que la chica hacía, con un poco de
trago en el cuerpo se revistió de valentía y fue donde la pareja bailaba,
sin medir nada, de un golpe en el pecho separó al joven de su novia:
Era la primera vez que Carolina lo veía así, tan molesto y además
agresivo. Tomando a su novia de la mano, la sacó a tirones de la fiesta.
No hubo tiempo para dar explicaciones ni pedir disculpas por lo sucedido,
simplemente a fuerza tuvo que seguir al chico que por primera vez,
estaba demostrando lo agresivo que podía ser. No le costó mucho
convencer a la chica, unos pocos lagrimones, y un tanto de caricias,
hizo cambiar del miedo y la decepción que Carolina sentía, a un estado
de aceptación, y de perdón.
Pasó casi un año de lo sucedido y Julián y Carolina, se comprometían
para casarse. Una mañana, cumplido el tiempo de noviazgo, ambos
se preparaban en sus respectivas casas, para ir a dar el sí, ante el
juez civil. Confiaba plenamente que quien iba a ser su esposo, la
cuidaría y la protegería y por sobretodo, la amaría, a las 10:30 de
la mañana de un día viernes, firmaban el compromiso por escrito
de guardarse respeto y fidelidad.
Sin que hubiera pasado mucho tiempo, Carolina empezó a conocer
mejor a su esposo, a ver que lo que aparentaba ser un buen matrimonio
no era más que infierno. Sin llevar ni siquiera 3 meses de casados,
Julián golpeaba por primera vez a Carolina, al punto de hacerla llegar
al hospital casi inconsciente, por los golpes recibidos: Motivo de
su llegada allí, "Una caída desde las escaleras de la casa" Nadie
imaginaba que un hombre que lloraba a mares al ver a su mujer
inconsciente, era el agresor. Los médicos preguntaron una y otra
ves que le había sucedido, pero ella por vergüenza y porque sus
padres estaba ahí, dio la misma versión que había dado Julián.
El tiempo seguía transcurriendo, y los maltratos se hacían más
reiterados, la chica casi no visitaba a sus padres, porque los golpes
la dejaban marcada y ella no quería que sus padres se enteraran de lo
mal que lo estaba pasando, y que se decepcionaran de su yerno adorado.
Los padres querían mucho a Julián, y nunca imaginaron que llegara a ser
capaz de maltratar así a su hija.
La joven se convirtió en una persona introvertida, la dura vida que
estaba llevando, no la dejaba ser feliz. Pese a todo y como lo reconoció
una vez estando muy mal anímica mente, a la matrona que la atendía,
justo el día que se le informaba que iba a ser madre, y que tenía
dos meses de embarazo, feliz porque en su vientre existía un ser,
se desahogaba con la especialista diciéndole que estaba siendo
victima de maltratos reiterados de parte de su esposo, pero, pese
a eso ella seguía amándolo. La matrona se dio el tiempo de
aconsejarla, le dijo que aunque tuviera que vivir sola, eso sería
mucho mejor para su salud y la del bebe que venía en camino.
Fueron tanto los concejos de parte de la especialista que la chica
salió de la consulta decidida a dar un vuelco en su vida;
Por su hija y por ella, esa misma tarde hablaría con su esposo y le
informaría que deseaba separarse de él. Llegó la tarde y Julián
regresaba al hogar, no a la hora de costumbre ya que se había
tardado por estar bebiendo junto a unos amigos. Carolina, después
de darle de cenar y hacerlo beber café para que se despejara, y
cuando notó que ya estaba mucho mejor, le pidió que conversarán.
No le contó lo de su embarazo, solo le dijo que ya no podía seguir
viviendo con él, que hasta que no cambiara y diera muestra fehaciente
de su cambio, ella se iba del hogar, que no podía seguir soportando
ser denigrada. Julián, enfurecido, tomó de los cabellos a la chica
y de una sola bofetada la tumbó en el suelo, no bastándole eso
la llevó a la habitación, donde abusó sexualmente de ella en
reiteradas ocasiones. La brutalidad de hombre despechado hirió
tanto por fuera a Carolina como por dentro, la penetración de parte
de un animal, porque así fue como se comportó Julián, la hizo
abortar ese mismo día a su hijito: Fue tal el maltrato que recibió
Carolina, que su rostro quedó casi irreconocible. En su propia
cama y sobre un charco de sangre, dejaba de existir a las 20:35
de la noche de un día 4 de julio de 2004.
A Julián le dieron diez años de presidio, pero por buen comportamiento
no alcanzó a estar recluido como merecía, ni siquiera seis años. El
alegato de su abogado fue, que él estaba pasando por un estado
de trastorno psicológico y que por lo tanto, no actuó estando bien
con sus cinco sentidos. Jamás a demostrado sentir remordimiento
por lo que hizo, aún sabiendo que su mujer llevaba en su vientre un
hijo suyo.
Para los padres y para quienes conocieron a Carolina, una chica
como ella, no mereció haber vivido una vida tan dura y menos
terminar sus días así, tronchados por quién ella siempre amó,
y el hombre que juró protegerla hasta la muerte.
Hoy, en una ciudad x, en el cementerio x, en una tumba x,
descansan los restos de Carolina X, acecinada por la mano
de Julián x.
(Escrito basado en hechos reales)
MUJER, HOMBRE, JOVEN, SEÑORITA, NO TE QUEDES CALLADA(O)
SI ESTÁS SUFRIENDO ABUSO POR PARTE DE TU PAREJA,
DENUNCIALA, ESTÁ EN JUEGO TU VIDA Y PUEDE QUE LA DE
ALGUIEN MAS.
(Una pareja distinta a la que imaginaban)
Por las bestiales muestras de su amor, fue por lo que ella se cansó.
Él le decía que todo lo que hacía lo hacía por amor, porque no quería
compartirla con nadie, que su amor era tan grande, que su mundo
lo llenaba solo ella, y por cuidarla aveces se le escapaban unos golpes
pero no lo hacía con mala intención; Y así, volvía a caer nuevamente
Carolina, en las redes de las mentiras que Julián le decía.
Julián y Carolina se veían felices, recién cumplían ambos, 27 años
de edad, toda su adolescencia fueron novios, en el colegio como en
la universidad, nadie podría haber imaginado que un chico que
aparentemente adoraba a su novia y se desvivía por ella, se convertiría
en un futuro no muy lejano, en un hombre cruel y despiadado.
Fiesta de graduación: Carolina bailaba feliz con el que había sido uno
de los mejores compañeros de clase que ella tuvo, el chico que
siempre la ayudó cuando algo no le resultaba muy fácil de comprender
y como él tenía facilidad para captar ideas y facilidad en los trabajos que
les daban, siempre se ofrecía a ayudar a la chica; Julián, desde un rincón
miraba sin perder un movimiento lo que la chica hacía, con un poco de
trago en el cuerpo se revistió de valentía y fue donde la pareja bailaba,
sin medir nada, de un golpe en el pecho separó al joven de su novia:
Era la primera vez que Carolina lo veía así, tan molesto y además
agresivo. Tomando a su novia de la mano, la sacó a tirones de la fiesta.
No hubo tiempo para dar explicaciones ni pedir disculpas por lo sucedido,
simplemente a fuerza tuvo que seguir al chico que por primera vez,
estaba demostrando lo agresivo que podía ser. No le costó mucho
convencer a la chica, unos pocos lagrimones, y un tanto de caricias,
hizo cambiar del miedo y la decepción que Carolina sentía, a un estado
de aceptación, y de perdón.
Pasó casi un año de lo sucedido y Julián y Carolina, se comprometían
para casarse. Una mañana, cumplido el tiempo de noviazgo, ambos
se preparaban en sus respectivas casas, para ir a dar el sí, ante el
juez civil. Confiaba plenamente que quien iba a ser su esposo, la
cuidaría y la protegería y por sobretodo, la amaría, a las 10:30 de
la mañana de un día viernes, firmaban el compromiso por escrito
de guardarse respeto y fidelidad.
Sin que hubiera pasado mucho tiempo, Carolina empezó a conocer
mejor a su esposo, a ver que lo que aparentaba ser un buen matrimonio
no era más que infierno. Sin llevar ni siquiera 3 meses de casados,
Julián golpeaba por primera vez a Carolina, al punto de hacerla llegar
al hospital casi inconsciente, por los golpes recibidos: Motivo de
su llegada allí, "Una caída desde las escaleras de la casa" Nadie
imaginaba que un hombre que lloraba a mares al ver a su mujer
inconsciente, era el agresor. Los médicos preguntaron una y otra
ves que le había sucedido, pero ella por vergüenza y porque sus
padres estaba ahí, dio la misma versión que había dado Julián.
El tiempo seguía transcurriendo, y los maltratos se hacían más
reiterados, la chica casi no visitaba a sus padres, porque los golpes
la dejaban marcada y ella no quería que sus padres se enteraran de lo
mal que lo estaba pasando, y que se decepcionaran de su yerno adorado.
Los padres querían mucho a Julián, y nunca imaginaron que llegara a ser
capaz de maltratar así a su hija.
La joven se convirtió en una persona introvertida, la dura vida que
estaba llevando, no la dejaba ser feliz. Pese a todo y como lo reconoció
una vez estando muy mal anímica mente, a la matrona que la atendía,
justo el día que se le informaba que iba a ser madre, y que tenía
dos meses de embarazo, feliz porque en su vientre existía un ser,
se desahogaba con la especialista diciéndole que estaba siendo
victima de maltratos reiterados de parte de su esposo, pero, pese
a eso ella seguía amándolo. La matrona se dio el tiempo de
aconsejarla, le dijo que aunque tuviera que vivir sola, eso sería
mucho mejor para su salud y la del bebe que venía en camino.
Fueron tanto los concejos de parte de la especialista que la chica
salió de la consulta decidida a dar un vuelco en su vida;
Por su hija y por ella, esa misma tarde hablaría con su esposo y le
informaría que deseaba separarse de él. Llegó la tarde y Julián
regresaba al hogar, no a la hora de costumbre ya que se había
tardado por estar bebiendo junto a unos amigos. Carolina, después
de darle de cenar y hacerlo beber café para que se despejara, y
cuando notó que ya estaba mucho mejor, le pidió que conversarán.
No le contó lo de su embarazo, solo le dijo que ya no podía seguir
viviendo con él, que hasta que no cambiara y diera muestra fehaciente
de su cambio, ella se iba del hogar, que no podía seguir soportando
ser denigrada. Julián, enfurecido, tomó de los cabellos a la chica
y de una sola bofetada la tumbó en el suelo, no bastándole eso
la llevó a la habitación, donde abusó sexualmente de ella en
reiteradas ocasiones. La brutalidad de hombre despechado hirió
tanto por fuera a Carolina como por dentro, la penetración de parte
de un animal, porque así fue como se comportó Julián, la hizo
abortar ese mismo día a su hijito: Fue tal el maltrato que recibió
Carolina, que su rostro quedó casi irreconocible. En su propia
cama y sobre un charco de sangre, dejaba de existir a las 20:35
de la noche de un día 4 de julio de 2004.
A Julián le dieron diez años de presidio, pero por buen comportamiento
no alcanzó a estar recluido como merecía, ni siquiera seis años. El
alegato de su abogado fue, que él estaba pasando por un estado
de trastorno psicológico y que por lo tanto, no actuó estando bien
con sus cinco sentidos. Jamás a demostrado sentir remordimiento
por lo que hizo, aún sabiendo que su mujer llevaba en su vientre un
hijo suyo.
Para los padres y para quienes conocieron a Carolina, una chica
como ella, no mereció haber vivido una vida tan dura y menos
terminar sus días así, tronchados por quién ella siempre amó,
y el hombre que juró protegerla hasta la muerte.
Hoy, en una ciudad x, en el cementerio x, en una tumba x,
descansan los restos de Carolina X, acecinada por la mano
de Julián x.
(Escrito basado en hechos reales)
MUJER, HOMBRE, JOVEN, SEÑORITA, NO TE QUEDES CALLADA(O)
SI ESTÁS SUFRIENDO ABUSO POR PARTE DE TU PAREJA,
DENUNCIALA, ESTÁ EN JUEGO TU VIDA Y PUEDE QUE LA DE
ALGUIEN MAS.
Mónica.
Ruth Muñoz R.
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